SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número8Entre el arte digital y el activismo político.El arte como estrategia de denunciaen casos de abuso sexual sin justicia índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Índex, revista de arte contemporáneo

versión On-line ISSN 2477-9199versión impresa ISSN 1390-4825

Índex  no.8 Quito jul./dic. 2019

https://doi.org/10.26807/cav.v0i08.289 

Dossier

Germinando en el asfalto, del encierro a la libertad del cuerpo, una propuesta a través de la danza

"Germinating on asphalt", from imprisonment to freedom, a proposal through dance.

Daniela Mondragón Benito1 
http://orcid.org/0000-0003-4769-9691

Valeria Ysunza Pérez Gil2 
http://orcid.org/0000-0003-0479-1412

Maestra en Geografía

1Estudiante de la Licenciatura en Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Daniela Mondragón Benito(1997, Ciudad de México) Bailarina y miembro de Hanin Colectivo Escénico y de la Colectiva Hermanas de la Sombra.

2Maestra en Geografía por la UniversidadeFederale Fluminense (UFF) de Brasil Valeria Ysunza Pérez Gil(1982, Ciudad de México)es geógrafa por la UNAM; y doctoranda en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X). Es Investigadora independiente, integrante de GeoBrujas y bailarina deHanin ColectivoEscénico


Resumen

Dentro de los ambientes violentos en los que los sistemas urbanos latinoamericanos y mexicanos están sumergidos, las mujeres son las más desfavorecidas. Muchas de ellas son privadas de su libertad en cárceles, donde los movimientos y cuidados de sus cuerpos se ven controlados. Hanin1 tuvo la oportunidad de aproximarse a esta realidad de encierro mediante la invitación de la Colectiva Hermanas en la Sombra que trabaja con la escritura creativa de las internas en el estado de Morelos (México) como medio de libertad. Lo que Hanin propone, a partir de este acercamiento y de su experiencia previa con el proyecto Germinando, es trabajar con el cuerpo en movimiento, a través del taller Somos Semilla.Su finalidad esprovocar empatía y motores de cuidado y libertad de sus cuerpos, sus territorios más inmediatos; y así transformarlos espacios en los que se desenvuelven limitadamente en su cotidianidad entre cuatro paredes.

Palabras clave: mujeres; cuerpos; encarcelamiento; danza; movimiento; ciudad; violencia; libertad

ABSTRACT

Inside the violent environments in which Mexican urban systems are submerged, women are the most disadvantaged ones. Many of them are deprived of their freedom in jails, where they cannot take care of her own health and bodies, their movements are controlled.

Haninhad the opportunity to approach this reality of imprisonment through an invitation from the Collective Hermanas en la Sombra which works with creative writing and literature as a way of freedom. What Haninproposes from this approach and the previous experience with the project Germinando, is to work with their bodies and its movement, through our workshops called SomosSemilla (“We are Seed”). The idea is to create empathy, community, self-care and freedom of their own territories, which are their bodies; and eventually transform the spaces in which they develop limited daily between four walls.

Key words: women; bodies; imprisonment; dance; movement; city; violence; liberty

Introducción

Más alládel dominio del biopoder, la “corpolítica”2(las políticas sobre los cuerpos) y la “necropolítica3, como herramientas de control con las que el sistema intenta borrar o desechar cuerpos que “no sirven” y “estorban”, las integrantes del colectivo de danza Hanin creemos que existen espacios de utopía y esperanza en medio de los desiertos, del concreto de las ciudades, de las cárceles y de las montañas.

A partir de este anhelo de Hanin, surge Germinando, proyecto dancístico que está en constante proceso de creación y desarrollo a través de las experiencias de las integrantes del Colectivo por el desierto argelino y el asfalto mexicano; es decir, de las zonas urbanas centro-sur del país. Creemos que el concreto gris de la cárcel no es infértil, ahí viven mujeres que germinan todos los días. Mujeres escritoras, poetas, madres, que son creadoras de vida y de arte, que crecen y se transforman con el diálogo, la convivencia y la reflexión. Al compartir con ellas, nosotras nos transformamos también. Aquella semilla que sembramos en el aula de una cárcel germina y se expande creando lazos de empatía y sororidad.

En espacios urbanos abandonados y olvidados, regidos por la violencia y las lógicas punitivas, trabajar la reconciliación con nuestros propios cuerpos y los otros es fundamental. Nos basamos en el sentido de la comunidad, junto con la sororidad y la empatía, como motores de transformación individual y social; sin embargo, estos espacios son difíciles de encontrar y construir en prisiones. Entendemos por sororidad las relaciones de solidaridad, apoyo y hermandad (de ahí que tenga el prefijo “sor”) que existen entre las mujeres, sobretodo en contextos de vulnerabilidad, o bien la alianza profunda y compleja entre mujeres (Lagarde, 2009).

Para ello recurrimos a la danza, como herramienta de concientización y transformación corporal y social, que nos permite interactuar y relacionarnos de forma diferente con nosotras mismas y con las otras mujeres. Sabemos que la danza genera procesos subjetivos de autopercepción, sensibilización y exploración que estimulan la libertad de las mujeres en prisión, lo cual permitetambién generar saberes propios en espacios limitados y encerrados. Parte de esta propuesta es la que compartimos en este artículo

Los cuerpos en las ciudades, territorios de control y encierro

¿Qué es el cuerpo? Retomamos las ideas de la geógrafa feminista Anna Ortiz Guitart (2012) para responder que este es lo que somos, en el cual experimentamos nuestras emociones y por donde nos conectamos con el mundo. Además de ocupar un lugar en el espacio, con base en Ortiz (2012), las trayectorias de género, clase y etnia se encarnan y se practican en los cuerpos. Por tanto se van trazando continuamente con deseos, dolores, disgustos, placeres y odios; pero también son mapeados por la esperanza, el amor y la libertad.Son los primeros lugares donde inscribimos nuestra moralidad, nuestros valores y las leyes sociales (Ortiz, 2012).

Si hablamos en términos de escalas y desde las miradas de la geografía feminista, el cuerpo también es territorio, un espacio delimitado y apropiado material y simbólicamente, constructor de identidades. Cabe señalar aquí que, a pesar de tratarse de nuestros propios cuerpos, ni la soberanía ni la autonomía de nuestros territorios más inmediatos nos han sido correspondidas en la mayoría de los capítulos de la historia de la humanidad. El cuerpo de la mujer ha sido controlado por la historia del hombre, quien lo ha estereotipado, reprimido y utilizado, convirtiéndolo, como menciona la antropóloga Rita Laura Segato (2014), en territorio de guerra y de conquista.

De igual manera, la mayoría de los espacios urbanos y rurales, construidos por el sistema hegemónico patriarcal capitalista, se ha configurado excluyendo a la mujer y a otros grupos vulnerables por motivos de etnia, clase, edad e identidad de género (por mencionar algunos). Si bien existen muchos hombres que en estado de cárcel se ven atravesados por vulnerabilidades, nuestra propuesta está enfocada en eltrabajo con mujeres, debido a que, bajo estas circunstancias, sufren un abandono mucho mayor por parte de sus familias y parejas. Tambiénvale la pena mencionar que, a pesar de que ha habido una importante ruptura en la masculinidad hegemónica, trabajar sobre temas de cuerpo y danza, en y con los hombres, aún sigue siendo una tarea pendiente que nosotras no hemos explorado.

Según Carrión (2008), durante los últimos 20 añosla violencia se ha convertido en uno de los temas más importantes de las ciudades latinoamericanas, debido al cambio en sus formas, a los impactos sociales y económicos, al incremento de su magnitud y al surgimiento de nuevos tipos (secuestro exprés, narcotráfico). La violencia se ha extendido en la región con características propias, que han influido en la lógica del urbanismo (seguridad y blindaje de la ciudad, cierre de accesos a vialidades, y nuevas formas de segregación residencial); así como también en la percepción y comportamiento de los habitantes, en su interacción social y en la militarización de las ciudades, sin excluir la falta de calidad de vida en la que la población vive cotidianamente debido a los asaltos y homicidios. Todas estas problemáticas son reflejo de la fragmentación, la exclusión y la disputa por el espacio público y los servicios en espacios urbanos que no son meramente contenedores de violencia ni de hechos delictivos (Carrión, 2008), sino resultado de las complejas dinámicas de las relaciones desiguales de la producción del espacio urbano.

Asimismo, la planeación y los modelos del diseño actual de nuestras ciudades han dejado a un lado las necesidades específicas de grupos sociales minoritarios como las mujeres. Esta exclusión provocada por las tendencias predominantes en el diseño urbano genera desigualdad social y, por consiguiente, ambientes de violencia y conflictos, en los que las mujeres se encuentran en una posición de mayor desventaja y vulnerabilidad social.

Es en el cuerpo femenino donde se encuentra más arraigado el conflicto territorial y, por lo tanto, el campo donde se desarrollan las batallas por el mismo (Segato, 2014). El asesinato, violación o cualquier otra forma de tortura o dominación explícita del cuerpo femenino y feminizado -junto con el encarcelamiento y separación familiar que la antropóloga Aída Hernández (en Melgar, 2018) señala como el último eslabón de una cadena de exclusión y violencia- representan el aislamiento, castigo y la total marginación de una persona, perdiendo la soberanía4 sobre su propio cuerpo.

Para Fraile (1997), la prisión se ha convertido en el centro del aparato punitivo.Se cree que el encierro, la vigilancia y la soledad son capaces de doblegar la voluntad del recluso y de la reclusa, sin “destrozar” aparente ni físicamente su cuerpo. Este “equipamiento de justicia”, como la describe Forero (2015), surge ante la necesidad de castigar, pues se restituye al reo a la sociedad como ejemplo vivo de la eficacia del sistema, y así desempeña ese papel disuasivo que antes le correspondía al suplicio oficiado en la plaza pública (Fraile, 1997). De esta manera se han ido construyendo espacios específicos y panópticos para el control de las personas, privándolas de su libertad.

De acuerdo con Carolina Salinas (2014), la cárcel es un espacio reproductor de desigualdades de género, clase social y estatus de criminales. Asimismo, es un sistema insensible a las necesidades de las mujeres internas, quienesanteriormente ya eran oprimidas, “y una vez colocadas en el sistema como internas, no reciben de él los elementos básicos necesarios para poder retornar a la vida en libertad con posibilidades reales de inserción exitosa” (Salinas, 2014, p.1).

JulieBarnsley (2006) muestraque, desde el contexto occidental han surgido ideas religiosas, culturales, políticas y científicas que histórica y sistemáticamente han subordinado, manipulado y violentado ciertas energías del cuerpo, reforzando así su dicotomía con el espíritu, del que se le ha negado mediante el control y la ausencia de libertad. No obstante, creemos que, dentro de algunas expresiones del arte, como la danza, se contrarrestan estas directrices heredadas desde la estructura social. Ante la necesidad de sanar emociones que se reflejan en el cuerpo, y buscar otros caminos menos violentos para relacionarnos socialmente, la danza permite que resurjan otras maneras de abordar, conceptualizar y habitar la diversidad de historias y de formas de los cuerpos pertenecientes a mujeres privadas de su libertad, en prisiones que encierran parte de las injusticias, el olvido y deterioro de la realidad manifestada en los paisajes urbanos.

Hanin germina en el asfalto

Hanines un colectivo de danza del que formamos parte con compromiso y acción social. Para nosotras, los cuerpos se transforman en territorios que danzan para celebrar nuestra existencia. Sin embargo, para las mujeres privadas de su libertad, acosadas, violentadas o desaparecidas, resistir implica existir. Por eso Hanin centra su empatía con aquellas que viven en estas condiciones. El proyecto Germinando se desarrolla con el interés, la participación y experiencia de ellas a través de la impartición de los talleres Somos semilla.

Germinar es el proceso en el que una semilla crece para convertirse en planta. Germinando es la metáfora deHaninpara hacer que la tierra, a través de la danza y del movimiento de los cuerpos, se convierta nuevamente en territorios fértiles que han sido “desterritorializados” (Haesbaert, 2007) por diversas causas, tales como: el destierro, las desapariciones forzadas, los feminicidios, el exilio y el “encarcelamiento” (Foucault, 2006). Dicho proyecto tiene como objetivo promover el trabajo colaborativo, centrándonos en el cuerpo como territorio, como medio de conocimiento y medio de “sensación de libertad”, de la manera en que muchas personas, entre ellos bailarines y bailarinas, profesionales lo describen, partiendo de exploraciones teóricas y metodológicas tanto de la geografía como de la antropología, así como de las prácticas dancísticas.

Como antecedente, cabe mencionar que parte de la praxis del proyecto ha sido el trabajo con mujeres saharauis en el desierto argelino a finales de octubre de 2017. Nos aproximamos a sus vivencias en el lugar que habitan, es decir, en los campamentos de refugiados, a los que perciben y denominan una “prisión a cielo abierto”. Desde 1976, mientras que los hombres saharauis iban a la guerra, las mujeres han vivido en el exilio en ese territorio que, en palabras de Juan Villoro, se podría definir como un “vértigo horizontal”. Desierto que, a pesar de su horizonte infinito, transmite ansiedad y encierro, y para muchas personas que no lo habitan, es vacío e inhóspito. Sin embargo, las mujeres saharauis lo han ido organizado socialmente en sus diferentes escalas, desde las haimas (carpas familiares) hasta las wilayas(los diferentes poblados de los campamentos), dejando la escala del cuerpo a la escena de lo privado.

Nuestra experiencia en aquel desierto, relacionándonos a través de nuestros cuerpos femeninos, nos permitió traspasar barreras culturales y lingüísticas para convivir y comunicarnos con ellas, otorgándoles la escucha y visibilizando las problemáticas cotidianas desde el movimiento de sus propios cuerpos, que son sus territorios más inmediatos, con los que han luchado y con los que continúan permaneciendo y existiendo, a pesar del destierro de su lugar de origen.

Del desierto nos trasladamos al asfalto que inunda el centro-sur de México, la región más poblada y urbanizada del país. Como parte de la colaboración de Hanincon la Colectiva Editorial Hermanas en la Sombra5, desde 2018 hemos estado trabajando entre cuatro grandes muros de concreto que encierran la vida de las mujeres en el CERESO de Atlacholoaya en el estado de Morelos, en México. Luego de una función de danza en el marco del décimo aniversario de la colectiva se creóel interés mutuo por trabajar de manera más constante con el cuerpo. Anteriormente se realizaron dos sesiones en las que se trabajó corporalmente a partir de técnicas de teatro del oprimido (y de las oprimidas) y movimientos de danzas persas y saharauis, enfocados en manos y brazos, debido a la restricción del espacio en su uso, tamaño y disponibilidad.

Mediante la danza y las prácticas corporales, desdibujamos las fronteras impuestas conocidas, buscamos ir más allá de los límites marcados social, cultural y políticamente. Danzamos para entrelazar cuerpos-territorios aislados, fragmentados, heridos, encerrados, violentados y olvidados.

En nuestra investigación-acción-participación creemos en la danza como una práctica cultural y política. Nosotras, como científicas sociales no pretendemos ser productoras de un arte sino de lazos de sororidad y espacios de esperanza. Parte del proyecto es continuar con una etnografía dialógica en la que se lleven a cabo procesos de doble reflexividad (Guber, 2001) y entonces podamos conocernos y reconocernos en la otra.

Para germinar es necesario voltear a ver al cuerpo, ya que la sociedad ejerce el castigo en su forma física y corporal, encarcela para limitar el movimiento y el libre tránsito,. Las mujeres privadas de su libertad sufren los estragos del castigo corporal, del encierro y callan sus dolores. Su cuerpo olvidado por ellas, la familia, la sociedad y el Estado (Hernández en Melgar, 2018) se transforma activamente en el encierro sin ser ellas quienes deciden el rumbo de dicha transformación. Por lo anterior, creemos que mediante la danza, el teatro y la sensibilización ellas pueden establecer una relación diferente con su cuerpo y, de esta manera, con su ambiente de encierro.

La danza no tiene fronteras, metafóricamente con ella podemos cruzar la muralla minada de 2 mil kilómetros que el gobierno marroquí construyó en el desierto para impedir el paso de los saharauis; pero también podemos brincar los muros de la prisión en Morelos, con los talleres Somos Semilla, en los que generamos un intercambio de códigos, expresiones y movimientos corporales de distintas danzas6 que puedan ser transmitidos de las mujeres saharauis en los campamentos en Argelia a las prisioneras del CERESO de Atlacholoaya en México. Así construimos puentes a través delos que, más adelante, esperamos puedan ir dialogando los territorios y los cuerpos lejanos en distancia, pero que comparten encierros físicos y sensoriales.

Asimismo, en los talleres proponemos trabajar con el cuerpo no solo desde el movimiento, sino desde las sensaciones y emociones que identificamos y trabajamos a nivel corporal, como motores de movimiento (el cual se ve limitado en las condiciones de encierro), así como crear consciencia sobrelas posturas, los dolores y las cargas emocionales que se somatizan.

Como parte de la metodología, en los talleres también retomamos ejercicios de Teatro del Oprimido -desarrollado por Augusto Boal-, como la “máquina humana” para representar situaciones de opresión, así como su posible liberación usando el “escenario” (que se produce en ese instante) como espacio de libertad y creatividad, a partir del involucramiento de todos los actores y personas del público (en este caso, de las internas y las talleristas).

Además, buscamos trabajar con el cuerpo desde la creación de consciencia, respiraciones e imaginación, para ubicar todas las sensaciones y emociones que conlleva el encierro a nivel corporal y, desde ahí, poder buscar aquellas que conduzcan hacia una liberación. Así como podemos representar de forma teatral las opresiones que vivimos, también podemos imaginar otros panoramas posibles y construir colectivamente la realidad que queremos.

Reflexiones para sembrar libertad

Los cuerpos son afectados en ambientes violentos como los que se desarrollan en las dinámicas tanto de las ciudades como dentro de las prisiones. En una situación de encierro nuestro cuerpo es nuestro único territorio y, por lo mismo, nuestra máquina de trabajo, nuestra herramienta de liberación y nuestro refugio. Bailar nos hace libres, nos hace felices; crea momentos de emancipación dentro de la cartografía de los cuerpos encarcelados. El movimiento propio, siempre creativo y auténtico nos recuerda que mientras tengamos cuerpo podemos habitarlo y vivirlo en el ciclo de las respiraciones y en el proceso de la danza.

Nuestra propuesta artivistaenGerminando es generar “espacios de esperanza”, como diría el geógrafo David Harvey (2003), a través de la danza aprendida y compartida a lo largo de dos años entre las saharauis en Argelia y las prisioneras en Morelos; al tiempo que vamos conociendo nuestros cuerpos, sus historias y sus limitaciones. Provocar el flujo libre en los cuerpos de las mujeres que viven en condiciones y sensaciones de encierro, como las del CERESO de Atlacholoaya, significa no sentirse olvidadas por ellas mismas y volver a sentirse vivas.

Finalmente, nuestro quehacer en los talleres Somos Semilla, a través del movimiento de los cuerpos en los espacios de encierro y en el asfalto, propone formas alternativas e interdisciplinarias de generar emociones, saberes y conocimiento que contribuyan a otras maneras de pensar, mirar, sentir y vivir los cuerpos de las mujeres como actoras importantes de visibilidad e inclusión en las sociedades y en las ciudades, pero también de resistencia y (por qué no) libertad para la construcción de nuestros territorios, comenzando por los cuerpos.

Referencias

Barnsley, J. (2006, 2° Ed). El cuerpo como territorio de la rebeldía. Caracas: Instituto Universitario de Danza, UNEARTE. [ Links ]

Bidaseca, K. (2014). Sitios liminales entre cordilleras invisibles. Cartografías poscoloniales del Tercer Feminismo.En Sierra, M. (Coord.). Cartografías imaginarias: Espacios de resistencia y crisis en América Latina, Santiago de Chile: Cuarto Propio. Recuperado de:https://books.google.com.mx/books?id=agDhCQAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=falseLinks ]

Carrión. F. (2008). Violencia urbana: un asunto de ciudad.En Revista Eure, XXXIV (103), Santiago de Chile, pp. 111-130. ISSN 0250-7161. [ Links ]

Forero, D.E. (2015). Cárcel para la ciudad. En Estudios sobre los equipamientos carcelarios en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.Recuperado de:http://arqdis.uniandes.edu.co/Seminario_SIIU/memorias/BCN/MT3/32BCN_ForeroDaniel.pdfLinks ]

Foucault, M. (2006). Clase del 11 de enero de 1978.En Seguridad, territorio y población. (pp. 15-44). México: Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

Fraile, P. (1997). La cárcel y la ciudad: Montreal y Barcelona. En Coloquio Internacional sobre el desarrollo urbano de Montréal y Barcelona en la época contemporánea: estudio comparativo. Seminario de Geocrítica, Departamento de Geografía Humana, Universitat de Barcelona.Recuperado de: http://www.ub.edu/geocrit/frbcn.htm. [ Links ]

Guber, R. (2001). El trabajo de campo: un marco reflexivo para la interpretación de las técnicas.En La etnografía. Método, campo y reflexividad. Bogotá: Grupo editorial Norma [ Links ]

Haesbaert, R. (2007).O mito da desterritorializção: do “fim dos territórios” á multiterritorialidade. Rio de Janeiro: Editora Bertrand Brasil Ltda. [ Links ]

Harvey, D. (2003).Espacios de esperanza. Madrid: Akal. [ Links ]

Lagarde, M. (11 de junio de 2009). La política feminista de la sororidad.Mujeres en Red. El Periódico Feminista, Recuperado de:http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1771Links ]

Melgar, L. (24 de septiembre de 2018). La cárcel: violencia institucionalizada. El economista.Recuperado de:https://www.eleconomista.com.mx/amp/opinion/La-carcel-violencia-institucionalizada-20180924-0124.htmlLinks ]

Ortiz, A. (2012). Cuerpo, emociones y lugar: aproximaciones teóricas y metodológicas desde la Geografía.Geographicalia. (62), pp. 115-131. ISSN: 2386-3021. [ Links ]

Salinas, C. (2014). Las cárceles de mujeres en México, espacios de opresión patriarcal Revista Iberofórum.Universidad Iberoamericana. IX (117),enero-junio, pp. 1-27. ISSN: 2007-0675. [ Links ]

Segato, R. (2014.) Las nuevas formas de guerra y el cuerpo de las mujeres. Puebla: Pez en el árbol, Tinta Limón. [ Links ]

Werth, B. (2007). Cuerpo, interdisciplinaridad y política. Acerca de “Corpolíticas en las Américas: Formaciones de raza, clase y género”.Telondefondo Revista de teoría y crítica teatral.(6), pp. 1-7. ISSN: 1669-6301. [ Links ]

1Es una palabra de origen árabe que significa: “anhelo/nostalgia”. http://www.hanin.com.mx/

2En el Encuentro “Corpolíticas”, organizado en Buenos Aires del 8 al 17 de junio de 2007 (Werth, 2007, p.1), el concepto se centró en: El cuerpo intervenido por fuerzas sociales, las políticas del cuerpo, los cuerpos políticos y la relación entre ellos. Nos interesan, en particular, las formaciones de raza, clase, sexualidad, etnicidad y género articuladas a través de las políticas del cuerpo en distintas épocas, geografías e imaginarios en Las Américas. Vemos el cuerpo como un sitio de negociación, disciplina y como medio de expresión y significado.

3Mbembé, filósofo y político camerunés, utiliza este concepto para aseverar que la expresión máxima de soberanía se enraiza en el poder y en la capacidad de dictar quién puede vivir y quién debe morir (Bidaseca, 2014). Además, este concepto refiere al hecho de que ya no es necesario matar, sino dejar morir…

4Foucault (2006, p. 27) explica de forma esquemática que:“La soberanía se ejerce en los límites de un territorio, la disciplina se ejerce sobre el cuerpo de los individuos, y la seguridad, para terminar, se ejerce sobre el conjunto de una población”..

5Bajo el contexto de violencia, represión y marginación urbana, surgen iniciativas como la de la Colectiva Editorial Hermanas en la Sombra que se vincula con mujeres internas del CERESO de Atlacholoaya en el estado de Morelos (México) para trabajar con ellas desde la empatía mediante la escritura creativa, la construcción de comunidad, la sanación y la denuncia. Esta colectiva lleva diez años trabajando en la prisión y publicando regularmente los escritos de las internas que trabajan durante talleres en donde además de relatar sus propias historias, aprender a relacionarse desde la sororidad.

6Al igual que las danzas indias con sus mudras (gestos sagrados hindúes hechos con las manos), en muchas de las danzas del Medio Oriente y del Norte de África, como las saharauis, se le dan mucho énfasis a las manos. No solo acompañan al resto del movimiento corporal, sino que se convierten en uno de los elementos más llamativos de estas danzas; no por sus ornamentos vistosos -como alhajas y tatuajes de henna-, sino también por los significados que representan con las narraciones que se van contando a lo largo de las coreografías, y que hablan de su vida cotidiana, la tuiza (trabajo colectivo) y de los animales de la región, como “la danza del avestruz”. Sus movimientos,principalmente ondulatorios y circulares, nacen desde los hombros, pasando por los codos hasta llegar a la muñeca, y luego a los dedos.

Recibido: 08 de Octubre de 2019; Aprobado: 03 de Noviembre de 2019

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons