TEMAS DEL ARTE
ENSUEÑO:
CAPTURAR EL INSTANTE
Poética de la contemplación
REVERIE: CAPTURING THE INSTANT
Poetics of contemplation
Francesca Fruci
Independiente
E-mail: ffruci@ucm.es
ORCID: https://orcid.org/0009-0006-7634-4223
Fecha de recepción: 01/03/2025
Fecha de aceptación: 16/06/2025
Fecha de publicación: 01/07/2025
DOI: 10.26807/cav.v10i19.637
Fruci, F. (2025). ENSUEÑO: Capturar el instante. Poética de la contemplación. Index, Revista de Arte Contemporáneo, 10(19), 122-133. https://dodgerblue-hyena-987783.hostingersite.com/index.php/cav/article/view/637
Resumen
En un contexto de modernidad líquida y fugaz, este proyecto propone la contemplación pausada desde un acto poético. Explora el anhelo de experimentar el presente a través de la materialización de la metáfora: capturar el instante, mediante la acción de sostener y encapsular agua y sol: símbolos del tiempo. Se profundiza en el concepto de ensoñación según Gastón Bachelard, entendido como un proceso de imaginación activa y conexión con la materia. Según esta filosofía, observar el instante es una experiencia de ensueño, donde el tiempo está detenido y se agudiza la percepción. De esta manera, la obra investiga cómo detenerse a contemplar puede provocar ensueños y así modificar la percepción interna del tiempo para experimentar el presente.
Palabras clave: Tiempo, ensueño, contemplación, luz, agua, escultura en vidrio.
Abstract
In a context of fleeting and liquid modernity, this project proposes a contemplative pause as a poetic act. It explores the desire to experience the present through contemplation and the materialization of an impossible metaphor: capturing the ephemeral instant by holding and encapsulating water and sunlight, symbols of time. The concept of reverie or daydreaming, as explained by Gastón Bachelard, is explored as a process of active imagination and connection with matter. In this case, glass sculptures act as a bridge between water and the sun. According to this philosophy, the instant is a dreamlike experience where time is suspended, and perception is heightened. Thus, the work investigates how pausing to contemplate can evoke daydreams, alter the internal perception of time, and enable the experience of the present.
Keywords: Time, reverie, contemplation, light, water, glass sculpture.
Biografía de la autora
Francesca Fruci (Quito, 1999). Artista visual e investigadora italo-ecuatoriana con una Licenciatura en Artes Visuales por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (2022) y un Máster en Investigación en Arte y Creación por la Universidad Complutense de Madrid (2024). Su práctica artística se centra en explorar la poesía visual en los elementos naturales, inspirada principalmente por la naturaleza del agua y de la luz. Actualmente su obra, influenciada por el concepto de ensueño, busca la contemplación y agudizar la percepción mediante esculturas en vidrio, pintura, video y fotografía. Ha sido reconocida con premios como el Fondo Publícalo PUCE, que permitió la publicación de su primer catálogo “Ensueños” en 2023 y ha participado en varias exposiciones colectivas en Ecuador y España, incluyendo la IV Exposición Premio Brasil en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito.
Ensueño: Capturar el instante es una investigación y experimentación iniciada en 2024. Propone una práctica de meditación contemplativa, argumentando que la observación de los elementos naturales, como el fuego, el agua, el aire y la tierra, permiten experimentar otra percepción del tiempo a través del ensueño.1 En el proceso de modelado del vidrio, se fusionan los cuatro elementos, dando lugar a un acto contemplativo donde las decisiones creativas emergen y fluyen en sintonía con la observación y la transformación del material.
La obra explora la coexistencia entre ficción y realidad a través de una poética visual. Se centra en la metáfora de capturar el instante, con la intención de habitar plenamente el presente y sostener, de forma simbólica, lo inaprensible. Busca resaltar lo extraordinario en lo cotidiano, como los reflejos de luz en el agua, invitando a la admiración y la pausa. El enfoque de la obra se dirige hacia materializar la metáfora por medio de objetos y acciones de contemplación plena. A través de esculturas de vidrio, busca encapsular agua y luz, símbolos y materia para transformar la percepción sensorial del tiempo, sumergiéndose en una hipnosis provocada por fenómenos ópticos. Las piezas trascienden lo funcional para convertirse en frágiles herramientas de contemplación del -ahora-, subrayando el anhelo de contener la fugacidad de cada instante. En este espacio, las nociones de tiempo se disuelven en la interacción entre percepciones internas y externas, donde lo visible y lo palpable se convierten en una puerta hacia el ensueño.
La acción de capturar la luz del sol y el agua detenida abre un espacio para la meditación, deteniendo momentáneamente la percepción mientras se contempla. En el proceso artístico, el juego y la curiosidad se reintroducen al observar y -tocar- el reflejo. La propuesta plástica se basa en la ensoñación de mirar el sol y el agua a través del vidrio, en un diálogo entre el cuerpo y el entorno natural.
Construcción de la poética
El agua y el sol, son dos elementos que están entrelazados con la medición del tiempo. Ambos han sido utilizados en los primeros relojes,2 por lo que se propone unir sus simbolismos para construir una poesía del tiempo, medido solo por el instante. La manifestación del presente se refleja en un lenguaje silencioso, consciente de su naturaleza fugaz o líquida. El deseo de detenerlo no niega esta cualidad efímera, sino que representa un anhelo subjetivo de percepción temporal interna, un estado de quietud.
El instante es un concepto poético que fusiona lo efímero con lo eterno, siendo un punto de encuentro entre ambos, debido a que en la poesía se destruye la continuidad del tiempo y se escribe en el instante. En los versos no se sigue una linealidad, las simultaneidades demuestran una perspectiva múltiple de lo sentido. Encapsula la experiencia, un momento de conexión y plenitud donde se percibe la presencia (Bachelard, 1987). El momento presente, conocido como el aquí y ahora, representa la conciencia de la existencia, al estar completamente concentrados en lo que ocurre en un espacio/objeto: aquí, observado: ahora.
Bachelard (1987) se enfoca en explorar el instante presente, como elemento clave de la poesía metafísica, que analiza el tiempo y la conciencia del mismo. El instante se escapa, meditar sobre él conlleva pensar en su olvido, permite sentir la realidad y la duración, anhelando lo eterno. Sus ideas incluyen una psicología fenomenológica, lo que explica que la capacidad intuitiva y la experiencia, construyen la comprensión del tiempo y de la existencia. “Encendía la luz para aumentar mi sensación de presencia” (Eliasson, 2012, p.126). Asimismo, describe que el instante es una experiencia subjetiva, donde el tiempo se detiene para dar posibilidad a una vivencia en la que la percepción se agudiza y concentra, permitiendo una comprensión de la existencia. “El tiempo es una realidad afianzada en el instante y suspendida entre dos nadas” (Bachelard, 1987, p.11). Explicado de otra manera, el único momento en el que hay consciencia de existir es en el instante.
El filósofo Henri Bergson, sugiere que tenemos una experiencia íntima y directa de la duración por medio de los sentidos. Argumenta que el tiempo no puede ser entendido sólo por el pensamiento racional, sino que es necesaria la intuición para captar la experiencia temporal directa. Partir de la intuición es distinguir que la sensación de duración no es la misma para todos (Bachelard, 1987). Propongo desacelerar mediante el juego de la contemplación y la percepción sensorial de lo frágil y las ilusiones ópticas.
Contemplar implica detenerse, sumergirse en la experiencia de observar algo, involucra reflexión, introspección, conexión emocional y espiritual además de una percepción sensorial holística. La poética de la contemplación se refiere a la práctica de atención plena en el momento, a una observación tranquila y reflexiva de las experiencias cotidianas. Es un enfoque filosófico que implica una conciencia plena en el presente, direccionar la atención y sensibilidad hacia la percepción de la experiencia (Tolle, 2000).
En la poética desarrollada expongo un concepto personal sobre un instante líquido por medio de la construcción de una escultura de agua en pausa. El presente no tiene medida ni tiempo, es simplemente estar y sentir. Por eso pienso que puede ser un líquido en reposo, aunque no solidificado ya que considero que debe −encapsular− el movimiento sinuoso del agua, ya sea en su forma como en su interior. Creo que observar lo líquido es un proceso mental sereno y consciente, que está en sintonía con lo observado en detenimiento.
En medio de una vida fugaz y apresurada, caracterizada por lo que, el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman (2000) denomina modernidad líquida3, pienso que es crucial detenerse y sumergirse en los detalles para reconectar con la naturaleza.
Para los líquidos, lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueden ocupar: ese espacio que después de todo, solo llenan “por un momento”. En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo. (Bauman, 2000, p. 7-8)
Bauman define lo líquido como una metáfora para hablar sobre la incertidumbre, inestabilidad y cambios constantes, además, de la prisa en relación al consumismo. Por esto, la obra artística pretende resignificar este concepto a través de detener y observar lo líquido, como “el elemento clave de la imaginación matérica, esencial para la exploración de la psique, lo que permite ensoñar y detenerse accediendo a un estado de calma y conexión” (Bachelard, 1942, p.48).
El simbolismo del agua en sus diferentes estados influye psicológicamente en la percepción e imaginación; “las aguas (símbolo de la contemplación)” (Cirlot, 1991, p. 122). El agua en su forma líquida evoca conexiones mentales con sentimientos de enigma, fluidez, transformación, suavidad, adaptabilidad y espontaneidad. En estado sólido, congelado, evoca quietud, serenidad, reposo, lo que hace referencia a conceptos como transformación, memoria y tiempo, “actúa como un espejo para la introspección y conciencia del tiempo” (Bachelard, 1942, p.48). Sugiere que, al observar, la mente puede sumergirse en las profundidades del inconsciente argumentando que la quietud permite que los pensamientos se asienten y se profundicen.
“El arte contemporáneo ha desarrollado una sensibilidad hacia el saber sensorial de la materia” (p.1) según lo que describe Esther Moñivas, doctora en historia del arte, en su texto de Narrativas fluidas: El agua como presencia material en las artes plásticas contemporáneas (2012). Por lo tanto, hay más conciencia de que el arte trasciende a otras sensorialidades que pueden ser más internas. Las narrativas fluidas crean una “interconexión entre el plano físico material con el imaginante” (Moñivas 2012, p.253).
Además, el agua ofrece una exploración lúdica de la parte emocional y espiritual. Su simbolismo y narrativa invade la imaginación y los sentimientos, proporcionando una sensación atemporal. El movimiento y sus distintos estados son aspectos que profundizan esta sensación (Moñivas, 2012).
Poética del material
La manera de “detener” el tiempo líquido radica en ese preciso tránsito entre estados. El estado mutante y fluido del vidrio que pasa de estado líquido viscoso a sólido, duro y frágil a la vez, desemboca reflexiones sobre la estética líquida en la escultura. El vidrio es un compuesto de silicatos: arena de sílice, cuarzos, carbonato de sodio y óxido de calcio que puede ser piedra caliza. Me interesa este material ya que según la investigadora Estefanía Sanz (2006) se considera un sólido amorfo, por carecer de un orden molecular definido. Posee la estructura y las propiedades de un líquido, es un material en una metamorfosis constante en función de la temperatura. Es un material hipnotizante, incluso cuando es sólido a la vista, las moléculas del vidrio siguen en movimiento, molecularmente sigue líquido, es por esta versatilidad que Miodownik en su libro Stuff matters (2014) define al vidrio como un líquido caótico y como el 4to estado de la materia.
Me interesa fusionar en un objeto, lo líquido dentro de un líquido congelado, lo transparente sobre transparente y divisar así juegos de luz a través de sí. El cuerpo vidrioso “sujeta la luz y la obliga a bailar, pero no la detiene” (Sanz, 2006, p.83). La luz es la estructura del vidrio, se mueve dentro, lo modifica con su presencia. El vidrio permite contener dentro de sí la luz por medio de su transparencia, que admite la aparición de fenómenos ópticos como la refracción, reflexión, dispersión y difracción de luz a través de sí. El agua puede comportarse de manera similar a un prisma de vidrio, por descomponer los colores y patrones de luz en sus gotas.
En 2023, la UNESCO declaró el vidrio soplado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con el objetivo de preservar esta técnica ancestral. Históricamente, el trabajo del vidrio ha estado rodeado de un aura de misterio, asociado a la alquimia. “El ocultismo existente desde hace milenios en el ámbito vidriero, ha dificultado que la información sobre posibilidades técnicas y materiales se difundiera con facilidad” (Sanz, 2006, p.11). Por ende, el material y la técnica aportan con el simbolismo de la obra.
Utilicé la técnica del flamework, que consiste en la fundición de tubos de vidrio con soplete, permitiendo trabajar el material de sólido a líquido y nuevamente a sólido. En particular, empleé vidrio científico de borosilicato, seleccionado por su alta transmisión de luz, transparencia y mayor resistencia a los choques térmicos, por lo que se podía meter agua dentro y conservar la fragilidad. “Tal vez algún día un nuevo Bachelard buscará en el inconsciente el secreto de la seducción que el vidrio ejerce” (Gateau, 1976, p.7).
Creación de la obra
La presencia líquida busca centrar la atención en la materialidad transparente. Durante la construcción de figuras líquidas del subconsciente, reflexioné sobre la imaginación orgánica. Busco detener una forma que tenga capacidad líquida de metamorfosis y pueda ser transformable por la mente al contemplarla en pausa. Haciendo de lo líquido un objeto, permito que sea tocado, manipulado, observado y transportado. Las esculturas fueron elaboradas en vidrio modelado al soplete, siguiendo las leyes de la gravedad y la fluidez inherentes al material. Cada una de manera distinta, reflejando las diversas formas percibidas en el agua que se lanza, chorreante, goteante o burbujeante.
Modelar el vidrio requiere paciencia y también es un acto de contemplación en el que el fuego hace que se pierda la dimensión del tiempo. Implica experimentar con el material y la acción misma, meditar sobre la materialidad del vidrio, lograr detener la fluidez, jugar con la versatilidad y pensar sus propiedades físicas. Conjuntamente, se reflexiona sobre la interacción con la escultura y la naturaleza, se permite que el hacer subconsciente, gestual y natural hable.
Introduzco la metáfora de la burbuja, que encarna la fragilidad y la impermanencia como una efímera encapsulación del espacio y el tiempo que, inevitablemente, se disuelve. Ambos procesos, tanto en el agua como en el vidrio, parten de una burbuja que al estallar se deconstruye y se transforma. Para simular este proceso, dónde por instantes la burbuja cambia de formas, se transforma la esfera soplada, modificándola con calor.
Ensueño: capturar el instante
La obra consiste en dos series de tres esculturas de vidrio soplado cada una, fotografía y videoarte, creadas en base a una narrativa líquida. En el transcurso de esta investigación, se experimenta con la transparencia y su capacidad reflectante. Se explora una práctica artística que implica la poesía no verbal, la deriva, la intervención en la naturaleza y la itinerancia junto con la creación escultórica. La obra recoge el proceso de una acción poética de llevar a la mano un instante capturado y cómo detenerse a contemplarlo.
La primera serie titulada Instantes de eternidad, consta de tres objetos distintos llamados Atrapasoles, por lo que están destinados a capturar la luz solar. Dos de ellos encapsulan momentos efímeros con agua de lugares y momentos específicos vividos en Madrid durante un periodo del 2024. La escultura Burbuja de Mar de Cristal contiene agua del sector de residencia que se llama Mar de Cristal y Lágrima de lluvia contiene agua de lluvia del 2 de marzo del 2024.
Al hacer que un objeto que contenga algo dentro, se saca de su contexto, exponiendo lo que hay dentro como algo maravilloso y necesario de ser observado. Según la simbología, el báculo es la herramienta por la que sucede la conexión. Este es un objeto que se lleva a la mano, usado en distintos contextos como símbolo de poder, de guía espiritual, amuleto o de canalizador de energía mágica (Cirlot, 1991). En este caso particular, el báculo en las piezas se convierte en el medio a través del cual sumergirse en la ensoñación del agua y la luz, con el poder de detener el instante observado.
Figura 1. Francesca Fruci. Lágrima de lluvia. 2024.
Nota. Fotografía y escultura de vidrio soplado con agua de lluvia 2 de marzo de 2024, Madrid, 80 x 40 cm.
Figura 2. Francesca Fruci. Burbuja de Mar de Cristal. 2024.
Nota. Fotografía y escultura de vidrio soplado con agua de Mar de Cristal 28033, Madrid, 80 x 37 cm.
La tercera pieza, titulada Halo cáustico, a diferencia de las anteriores, no contiene agua; es más bien la materialización de un reflejo de luz sobre el agua, uno de esos rayos que, en la óptica, se definen como cáusticas.4 Utilizo esta cáustica como un instante; un reflejo materializado, para luego, asemejándose a un halo de sol, seguir en la búsqueda de esa luz fugaz que captura el sol.
Para activar los atrapasoles, se organizó una actividad de pasar las piezas de mano en mano, en diversos lugares y en días distintos, permitiendo que se intentase capturar el sol y jugar con los reflejos contra luz. Al activar las esculturas en el cielo, la capacidad de asombro es fundamental para sentir el tiempo quieto en paralelo a admirar lo frágil con una respiración cuidadosa.5
Encuentro en la captura del agua,
en la danza efímera de su reflejo
una conexión profunda conmigo
Figura 3. Francesca Fruci. Halo cáustico. 2024.
Nota. Fotografía y Escultura de vidrio, 25cm.
Por otro lado, la segunda serie, Detente instante, está conformada por relojes solares utilizados como herramientas de contemplación del a(hora). Están diseñados para activarse en latitudes específicas: Ecuador, España, Italia, proponiendo una itinerancia dónde sea necesario detenerse al sostener la fragilidad del tiempo líquido en las manos y habitar el presente. Cada escultura está construida con un ángulo preciso, en relación con la latitud en relación al sol para que tenga la funcionalidad de un reloj. El gnomon6 es la pieza clave del reloj que indica la hora en dirección al norte y en el ángulo de latitud. De esta manera, la escultura es el gnomon transparente que atrapa la luz perpendicularmente. El vidrio atrapa la luz y proyecta su sombra, generando un juego óptico con fenómenos de refracción al chocar con lo transparente. Al distorsionarse la hora proyectada, se busca detener simbólicamente el paso del tiempo, permitiendo que la contemplación de los reflejos y su sombra ancle la percepción temporal en el presente. Al entender el presente como un instante atemporal, se revela como un momento suspendido; una pausa.
La poética planteada busca detener el tiempo a través una integración entre cuerpo, objeto y entorno. Para activar la obra se requiere la itinerancia, detenerse y la percepción sensorial. La activación consiste en jugar con la mirada y el tacto, levantando la pieza para capturar en ella el reflejo del sol y transmitir sus destellos a la piel. Al otorgar a una escultura la cualidad portátil, el cuerpo pasa a ser el objeto escultórico. En efecto, el proyecto es el trayecto y el detenimiento que solo puede ser generado por quien lleva la pieza. Detenerse significa cesar el movimiento temporalmente, es un momento de pausa en el que sucede un descanso, implica frenar el ritmo, contemplar el entorno y reflexionar. Es necesario parar y reflexionar sobre detenerse, caminar y luego detenerse de nuevo, como si fuera un baile con el tiempo y sus instantes.
El Reloj solar 40° se activó en el Parque Madrid Río, donde se hizo un performance de contemplación. La elección del lugar surgió de una deriva para encontrar un espacio que cumpla con la poética y se adecúe a la acción: un río sin río, en el Parque Madrid Río, siendo un entorno detenido, sin flujo: un espacio atemporal. La activación de la pieza se llevó a cabo, primero colocando agua de las piletas del parque en su interior, colocándola como un reloj sobre la piedra para jugar con su sombra y después en tres contextos específicos: en el cielo, de manera atemporal; en la piel; penetrando en la percepción sensorial y en un entorno de la itinerancia.
La práctica artística implica sintonizarse con las predicciones meteorológicas, aguardando el instante preciso en que el sol se asoma entre las nubes y entre la copa de los árboles. Se describe la contemplación desde su acción, la captura del instante sucede mediante esculturas líquidas en contraposición al sol.
Figura 3. Francesca Fruci. Halo cáustico. 2024.
Nota. Fotografía de video-performance.7
Figura 5. Francesca Fruci. Reloj solar 38°. 2024.
Nota. Fotografía y Escultura de vidrio soplado, 34 x 30 x 13 cm
Figura 6. Francesca Fruci. Reloj solar 38°. 2024.
Nota. Fotografía y Escultura de vidrio soplado con agua del Parque Madrid Río, 38 x 15 x 15 cm
Figura 7. Francesca Fruci. Reloj solar 0 °. 2024.
Nota. Fotografía y Escultura de vidrio soplado, 35 x 10 x 10 cm.8
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1 Ensueño: Estado mental en el que predomina la actividad del inconsciente. Es un proceso de imaginación activa que surge de la contemplación y conexión profunda con la naturaleza en el que la mente se libera de las restricciones del tiempo y del espacio (Bachelard, 1942).
Clepsidra (Reloj de agua): El agua gotea lentamente fuera del recipiente, y el tiempo se mide observando cuánto tiempo tarda en vaciarse por completo (Fundación Aquae, 2021).
3 La modernidad líquida es un concepto desarrollado por Zygmunt Bauman en 1990, se refiere a la caracterización de la sociedad contemporánea por su realidad cambiante llena de incertidumbre. Hay una falta de estructuras estables o sólidas, pérdida del sentido de comunidad y normas sociales inestables vinculadas con el fenómeno de la globalización, el consumo masivo y la fragmentación de identidad. (Bauman, 2000)
4 Fenómeno óptico que se describe como las ondulaciones producidas por la luz sobre la superficie del agua, las cuales varían de forma con cada ondulación actuando similar a un prisma. La luz se refracta y refleja simultáneamente de forma difusa, creando patrones efímeros. (Kailash, 2006)
Gnomon: Pieza del reloj solar que proyecta la sombra en relación con el ciclo diurno del sol en una latitud específica (Fundación Aquae, 2021).